TANGO

“El sentimiento que se baila”

El tango tiene un origen mítico donde se mezclan personajes marginales de la escena porteña: guapos, orilleros y mujeres de la noche. El lugar de encuentro eran los “piringundines”, allí la diversión de mala fama donde esta música nueva con su melodía alegre animaba las noches. Se trataba de un lugar donde se divertían los negros al ritmo de los tambores y sus voces, honrando de esta manera a sus antepasados con aquellos movimientos y sonidos.
Buenos Aires fue creciendo y cobijando a miles de inmigrantes europeos, y de este modo el tango fue tomando aportes de otras corrientes extranjeras que traían sus músicos y sus instrumentos. Se pueden reconocer como influencias a la tonadilla y el sainete lírico de España, y, más tarde, el fandango.
Las clases más humildes incorporaron la nueva música y pronto nacieron los alegres bailes populares, que casi siempre terminaban con la intervención de las autoridades y la prohibición de realizarlos, pues se suponía que eran reuniones insolentes, con bailes inmorales, movimientos obscenos y versos provocativos. A pesar de todo, los bailes siguieron realizándose en reductos de San Telmo y Montserrat. Se auguran nuevas épocas, estilos, estéticas y personajes. El siglo XXI promete transformaciones que seguirán alimentando este tango que nació allá lejos y hace tiempo, en 1880.